Es necesario entendernos a nosotros mismos y a los demás. La Inteligencia Emocional nos permite responder a las exigencias sociales de cada día, que van más allá de obedecer a nuestros impulsos.
Formas de Inteligencia Emocional
Científicamente la Inteligencia Emocional examina las respuestas y acciones individuales y sociales, que se producen gracias los estímulos del entorno y a la necesidad humana de manifestarse sentimentalmente. En ese sentido, encontramos dos formas, veamos los conceptos y sus características:
Forma mixta: mezcla habilidades emocionales dadas por condición biológica de nuestro cerebro, con los rasgos de la personalidad, heredados genéticamente de nuestra familia.
Forma o modelo de habilidad: esta clase se enfoca en el procesamiento emocional que se obtiene del aprendizaje individual y colectivo.
De acuerdo a estos modelos de Inteligencia Emocional, se pueden reconocer dos clases.
Por una parte, está la inteligencia interpersonal, que permite entender y comprender las emociones ajenas, para reaccionar acorde al estado de ánimo de los otros individuos.
De otro lado, está la inteligencia intrapersonal, que promueve la necesidad de entender y comprender las emociones propias, para tomar decisiones acertadas ante situaciones difíciles. También exhorta nuestra capacidad individual de regular emociones y acciones, según la situación.
El sector educativo ha reconocido el impacto de este concepto, no solo en la relación entre docentes y alumnos, sino en el resultado final y éxito en el proceso de aprendizaje cognitivo.
Kumon promueve la independencia, la autoconfianza y la superación de frustraciones, dentro del proceso de enseñanza. ¿Quieres conocer más del método Kumon? Visítanos en www.kumon.co
Importancia de desarrollar Inteligencia Emocional desde niños
El desarrollo de la Inteligencia Emocional permite que desde pequeños sorteemos dificultades propias de la vida de manera positiva, para sobrellevar los sentimientos de frustración.
Gracias a la Inteligencia Emocional podemos identificar nuestros sentimientos, para aprender a expresarlas de manera efectiva, evitando concentrarnos solo en el problema y gestionando posibles soluciones.
Conozcamos algunas ventajas que trae para los niños y jóvenes desarrollar Inteligencia Emocional:
Es necesario expresar cómo nos sentimos cuando no nos gusta algo o nos hace sentir mal, pero hay que aprenderlo a hacer, con el lenguaje correcto y en el momento adecuado.
Según estudios científicos, cuando una persona desarrolla Inteligencia Emocional a temprana edad y aprende a manejar sus emociones de manera eficiente, se reduce la posibilidad de acciones impulsivas o adicciones en la edad adulta.
Componentes de la inteligencia emocional
Para Daniel Goleman, psicólogo, escritor y periodista estadounidense, existen 5 componentes básicos de la Inteligencia Emocional:
La percepción emocional: necesitamos ser conscientes de cómo nos sentimos frente a una situación para tomar decisiones racionales.
La autorregulación: es importante concentrarnos en nuestros objetivos y gestionar emociones como el optimismo, la disciplina y la determinación, para alcanzarlos.
La empatía: es fundamental tener conciencia sobre las necesidades, preocupaciones y sentimientos de otros, así, aprendemos a ponernos en su lugar, antes de atacarlos, en una situación incómoda.
La competencia social: Para alcanzar el éxito personal y social, es muy importante desarrollar capacidades de convivencia, como el trabajo en equipo, la adaptación a los cambios, una comunicación verbal adecuada y el respeto por la diversidad de opiniones.
Formas de Inteligencia Emocional
Científicamente la Inteligencia Emocional examina las respuestas y acciones individuales y sociales, que se producen gracias los estímulos del entorno y a la necesidad humana de manifestarse sentimentalmente. En ese sentido, encontramos dos formas, veamos los conceptos y sus características:
Forma mixta: mezcla habilidades emocionales dadas por condición biológica de nuestro cerebro, con los rasgos de la personalidad, heredados genéticamente de nuestra familia.
Forma o modelo de habilidad: esta clase se enfoca en el procesamiento emocional que se obtiene del aprendizaje individual y colectivo.
De acuerdo a estos modelos de Inteligencia Emocional, se pueden reconocer dos clases.
Por una parte, está la inteligencia interpersonal, que permite entender y comprender las emociones ajenas, para reaccionar acorde al estado de ánimo de los otros individuos.
De otro lado, está la inteligencia intrapersonal, que promueve la necesidad de entender y comprender las emociones propias, para tomar decisiones acertadas ante situaciones difíciles. También exhorta nuestra capacidad individual de regular emociones y acciones, según la situación.
El sector educativo ha reconocido el impacto de este concepto, no solo en la relación entre docentes y alumnos, sino en el resultado final y éxito en el proceso de aprendizaje cognitivo.
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Importancia de desarrollar Inteligencia Emocional desde niños
El desarrollo de la Inteligencia Emocional permite que desde pequeños sorteemos dificultades propias de la vida de manera positiva, para sobrellevar los sentimientos de frustración.
Gracias a la Inteligencia Emocional podemos identificar nuestros sentimientos, para aprender a expresarlas de manera efectiva, evitando concentrarnos solo en el problema y gestionando posibles soluciones.
Conozcamos algunas ventajas que trae para los niños y jóvenes desarrollar Inteligencia Emocional:
Es necesario expresar cómo nos sentimos cuando no nos gusta algo o nos hace sentir mal, pero hay que aprenderlo a hacer, con el lenguaje correcto y en el momento adecuado.
Según estudios científicos, cuando una persona desarrolla Inteligencia Emocional a temprana edad y aprende a manejar sus emociones de manera eficiente, se reduce la posibilidad de acciones impulsivas o adicciones en la edad adulta.
Componentes de la inteligencia emocional
Para Daniel Goleman, psicólogo, escritor y periodista estadounidense, existen 5 componentes básicos de la Inteligencia Emocional:
La percepción emocional: necesitamos ser conscientes de cómo nos sentimos frente a una situación para tomar decisiones racionales.
La autorregulación: es importante concentrarnos en nuestros objetivos y gestionar emociones como el optimismo, la disciplina y la determinación, para alcanzarlos.
La empatía: es fundamental tener conciencia sobre las necesidades, preocupaciones y sentimientos de otros, así, aprendemos a ponernos en su lugar, antes de atacarlos, en una situación incómoda.
La competencia social: Para alcanzar el éxito personal y social, es muy importante desarrollar capacidades de convivencia, como el trabajo en equipo, la adaptación a los cambios, una comunicación verbal adecuada y el respeto por la diversidad de opiniones.
Si quieres que tus hijos desarrollen disciplina, automotivación y escucha activa, para seguir instrucciones de aprendizaje, dales la oportunidad de formarse en Kumon.